"A veces siento que la gente querría que me muriera para que así se cumpliera la clásica historia del rock".

"Durante cinco años en la época del problema en el estómago, quería matarme todos los días. Muchas veces estuve muy cerca. Lo lamento si soy demasiado franco con esto. Llegué al punto de estar de gira, tirado en el piso, vomitando aire porque no podía aguantar el agua. Y a los 20 minutos tenía que tocar un show. Cantaba, y tosía sangre."

El 5 de abril de 1994, el vocalista de la mítica banda Nirvana, murió en circunstancias que aún hoy en día siguen siendo confusas, aunque la versión oficial es que se suicidó. 

Cobain fue cantante, guitarrista y el principal compositor de Nirvana. Luchó con depresión como enfermedad y adicción a la heroína. También tenía dificultad para sobrellevar su fama e imagen pública además de las presiones profesionales y personales de toda su vida y de su esposa, la cantautora Courtney Love. Su personalidad depresiva, junto a su adicción a la heroína, habría llevado al cantante a acabar con su vida a los 27 años.

Kurt Cobain, líder del grupo Nirvana, afirmó en más de una ocasión que tenía un conflicto con la fama. Aseguraba no haber querido ser músico para ser famoso e incluso le angustiaba ser considerado la voz de toda una generación.

Y aunque el apogeo musical de la banda estadunidense a la que pertenecía no fue de más de cuatro años, ese tiempo fue suficiente para que sintiera una enorme presión social como artista y como persona. “Él comentaba cómo voy a ser la voz de una generación (la llamada X) si traigo encima tantos problemas”, entre ellos una depresión aguda y sus adicciones.

“La relación con su esposa, Courtney Love, estaba muy deteriorada y aseguraba que no iba a poder afrontar un segundo divorcio, porque ya había vivido el de sus padres cuando tenía nueve años”.

De modo que la fama no le cayó nada bien y eso suele pasar con una buena parte de los personajes públicos: la presión social que les genera este reconocimiento los lleva a presentar o a que se agudicen trastornos como la depresión o a adoptar conductas de riesgo como el consumo de drogas, resaltó.

Carta de suicidio.
Muchas veces la depresión no viene cuando ya son famosos sino que tiene antecedentes en sus historias personales, y estar en el centro de atención de la gente desata acontecimientos que les cambian la vida radicalmente”, apuntó.

En el caso de Kurt Cobain su círculo cercano parecía muy difuso porque sus compañeros de grupo, su representante y los propios fans estaban en su vida por la fama de la cual gozaba, señaló.

La última estrella del rock, en su último escrito, expresó su horror ante la idea de que su hija, Frances acabase “convertida en una rockera miserable, autodestructiva y muerta como yo”. “Su vida será más feliz sin mí. Frances me recuerda lo que yo fui: llena de amor y alegría, besando a todas las personas que conoce porque son buenas y no van a hacerle daño. Quiero demasiado a la gente, tanto que me pone triste y no soy capaz de superar la frustración, la culpabilidad y la empatía que siento hacia todo el mundo”. En cierto modo y según su forma de ver la vida, efectivamente, había utilizado esas armas para proteger a su familia. Cobain dirigió la carta a Boodah, su amigo imaginario de la infancia.

Pero más allá del mito, Cobain era un tipo insosteniblemente sensible (se manifestó en contra del machismo, el racismo y la homofobia ante las críticas de muchos de sus fans), bromista y humilde que no se odiaba a sí mismo, sino que no se daba ninguna importancia. Pero la acabó teniendo.

El 5 de abril de 1994, cuatro días después de escaparse de un centro de rehabilitación en California, Kurt Cobain se quitó la vida. No fue sino hasta el 8 de abril que un electricista encontró su cuerpo y llamó a la estación de Seattle KXRX-FM. “Tengo la exclusiva del siglo”, dijo. Y añadió: “Van a tener que darme muchas entradas a conciertos por esto”.





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